Presentación Macbor Johnny Be Good 125
Las “café
racer” son motos que se han puesto de moda en los últimos años, aunque sus
orígenes se remontan a la década de los 50-60, cuando la juventud británica
modificaba sus motos para ser más deportivas. Al igual que el estilo “custom”,
ha sido asimilado en motos nuevas, aunque por definición se tratase de motos
modificadas.
En el
segmento de octavo de litro hay numerosas representantes de esa tendencia, como
la Macbor Johnny Be Good 125. La marca española ha puesto en el mercado una
oferta muy tentadora para los pilotos que se inicien en las dos ruedas o que
quieran una moto urbana con mucha personalidad y capacidad de defenderse en
rutas secundarias de curvas.

Siguiendo
los cánones café racer, tiene una proporción larga y bajita, con el asiento a
780 mm del suelo. Los semimanillares retrasados permiten una postura más
deportiva, aunque no hay carenado alguno, de forma que se siente el aire, pero
no molesta. Está pintada en negro brillante con notas de dorado mediante
pegatinas. El depósito es plano en su parte inferior, redondeado en la
superior, con la boca de repostaje descentrada para facilitar la operación con
la pata de cabra puesta.
El tubo
de escape es prácticamente recto con un silenciador tipo megáfono, y el primer
tramo está forrado de cinta ignífuga para mantener el calor, como se hacía en
la época. Las llantas son de 17” y ambas tienen frenos de disco. Como toda moto
de la generación Euro 4, cuenta con frenada combinada (CBS), accionar el pedal
del freno implica morder un poco el disco delantero para una mejor
deceleración.

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